Realizar el seguimiento periódico al mercado del crudo permite entender de una forma indirecta como las expectativas sobre la economía global pueden incentivar o no la demanda de este commodity. En este sentido vale la pena iniciar entendiendo quiénes son los grandes jugadores de este mercado, donde alrededor del 43% de la oferta mundial de petróleo provino de tres países en el 2021: Estados Unidos que con 16,6 millones de barriles diarios (mbd) continúa siendo el mayor productor mundial y representando el 18,5% del total de la oferta, seguido por Arabia Saudita con 11 mbd y el 12,2% y finalmente Rusia con 10,9 y 12,2%.
Teniendo en cuenta lo anterior, es claro que el mayor evento estructural para el mercado del crudo en 2022 fue la invasión rusa de Ucrania, que cumple un año, y las subsecuentes medidas restrictivas que tomaron las economías de occidente frente al gas y petróleo ruso. En primer momento el nivel de incertidumbre sobre el impacto en la oferta mundial de excluir a Rusia de los mercados internacionales llevo el precio del barril Brent a ubicarse por encima de 100 dólares entre marzo y agosto, sin embargo, vale la pena notar como esta tendencia empieza a revertirse y actualmente esta referencia se negocia alrededor de 85 dólares el barril.
Por supuesto la pregunta aquí, es bastante obvia y es que ha llevado a este cambio si la guerra en Ucrania continúa. En realidad, dos fuerzas se han unido creando este descenso del precio, la primera es la duda sobre la efectividad real de las sanciones contra Rusia y la segunda la expectativa de una desaceleración económica mundial que reduzca la demanda por crudo.
Gráfico 1: Elaboración propia. Datos Bloomberg
Fortaleza Rusia
De acuerdo a analistas expertos, el asunto frente a las sanciones de los países de occidente fue que en un primer momento parecieron tan fuertes y de tanto alcance que se esperaba un impacto de corto plazo sobre la economía rusa que llevará al país a desistir de la invasión. ¿La respuesta rusa? La estrategia de la Fortaleza Rusia o Fortress Russia que se resume como una serie de políticas y medidas que el Banco Central ruso lleva años implementando para prepararse ante un posible escenario de sanciones económicas. Dicha estrategia consistió básicamente en acumular excesos de ganancias de las ventas de hidrocarburos para amortiguar precisamente los impactos derivados de las sanciones, lo cual si bien no ha sido 100% exitoso si ha logrado dilatar el impacto inmediato que esperaban los países.
Otros dos factores que han restado fuerza a las sanciones en especial en lo referente a los hidrocarburos, es la capacidad de China de aumentar sus comprar a Rusia y la alta dependencia del esquema energético europeo ya que especialmente en este último punto impidió “cerrar la llave” inmediatamente sino seguir comprándole y obligando a toda la unión a redefinir su matriz energética.
¿Crecimiento o decrecimiento en 2023?
Por otro lado, las expectativas económicas están jugando un papel importante ya que, a pesar de seguir el conflicto en Ucrania, los mercados ahora parecen estar más concentrados en el aspecto estructural de la economía global, ya que las expectativas para este 2023 llevan al mundo a una desaceleración importante impulsada precisamente por las economías desarrolladas, lo que se traduciría en una menor demanda de crudo. En este sentido la duración e intensidad políticas de altas tasas de los bancos centrales pueden hacer aún más complejo este escenario, por eso el mercado del petróleo está muy sensible a datos sobre los bancos centrales e inflación en especial de la Reserva Federal en Estados Unidos.
El inicio de 2023 con el cambio de política de China y su reapertura si bien ha sido un hecho muy relevante que inclusive ha dado algo de optimismo a las expectativas de crecimiento no ha traído un cambio drástico en los precios del crudo ni de los commodities en general, a la espera de que tan real y sostenible será en el tiempo a medida que se evalúa el impacto de la tasa de crecimiento de 3,0% de 2022, la peor desde la década del setenta para esa economía.
Finalmente, para mantener en el radar, dos fuerzas cruciales que seguirán moviendo los precios del crudo al menos este primer semestre de 2023, son sin lugar a dudas la reapertura de la economía china y el cada vez mayor bloqueo de comprar a Rusia por su invasión a Ucrania que ya completa 1 año. Adicionalmente, otro impacto de darse un aumento de precios del crudo, es el aumento en los niveles inflacionarios vía los precios de la gasolina, lo que sin duda afectaría los planes de los bancos centrales de hacer cada vez menores aumentos de tasa, alargando la duración del actual ciclo de altas tasas de interés y en el caso de la Reserva Federal ayudando a mantener un dólar fuerte, lo que afectaría sin lugar a dudas las monedas de la región.
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