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En el año 2020 todos los esfuerzos de los gobiernos, bancos centrales y entidades multilaterales se concentraban en un solo objetivo: aumentar el crecimiento económico superando los impactos derivados del coronavirus y las medidas de restricción adoptadas para controlar la pandemia. Este año parece que esa meta podría lograrse: de acuerdo al Banco Mundial, después de una contracción global de 3.5% a causa de la pandemia, la expectativa actualizada en junio de este año es de un cierre de 5.6%, la mayor expansión en 80 años. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) se encuentra en un nivel similar con 5.9%.

 

Pero para entender estos datos en su justa medida es necesario poner en la mesa un concepto estadístico, el efecto base, que es la distorsión en una cifra que resulta de niveles anormalmente altos o bajos de la serie en el periodo anterior. Es básicamente la versión estadística, en la que si estás al fondo sólo resta subir, y entre más al fondo se esté el cambio será más espectacular.  

Gráfico 1. Elaboración propia

Sin embargo, más allá del efecto estadístico, existen algunas fuerzas a tener en cuenta para el cierre de este año que podrían afectar en algún sentido esa expectativa de crecimiento e inclusive alargar el periodo para llegar a la recuperación en algunos países. Esas fuerzas se pueden ver en el Gráfico 1: los problemas de cadena de suministros, la crisis en el mercado de los hidrocarburos, la escasez de semiconductores y el aumento en las expectativas de inflación.

Cadenas de Suministros 

La reactivación económica global ha mostrado el efecto del impacto de la pandemia en áreas que fueron difíciles de predecir. Tal vez no existe un caso más claro que la disrupción de las cadenas de suministro, donde la rápida reactivación de la demanda por bienes y servicios una vez que se levantaron las medidas restrictivas puso en evidencia que no estaban preparadas para afrontar ese escenario por diferentes factores.

 Por ejemplo, en China el problema parece ser de energía para las fábricas; en Inglaterra y Estados Unidos el asunto es más de mano de obra especializada, en específico conductores de camiones, aunque también el aumento de fletes ha tenido impacto generalizado. Pero lo que ha sido transversal es la presión que ha traído esto para los diferentes puertos, containers y barcos disponibles que simplemente no dan abasto, si además le sumamos que los productos que se retrasan son a la vez componentes de otros. El efecto dominó impacta a numerosos sectores mostrando el nivel de interconexión tan profunda y estratégica en el comercio global y cómo un escenario extremo puede afectarlo.

 Uno de los momentos cruciales a seguir en Estados Unidos será el Black Friday, que será el próximo 26 de noviembre y permitirá ver como estas disrupciones han afectado la oferta de bienes y como ese día es muy relevante para evaluar la solidez del consumo en ese país, una baja oferta de productos será una señal de desaceleración para los mercados y afectaría compañías como Amazon y Apple entre otras.

Oil & Gas

Otro factor que mencioné brevemente en el numeral anterior es el energético y lo estamos viendo muy de cerca con el petróleo de la referencia Brent negociándose alrededor de $84 dólares y el gas por encima de $5 dólares ante una mayor demanda tanto de consumidores como de fábricas.  

El Gráfico 2 muestra el comportamiento de los precios en el que se nota que el escenario es uno de máximos de 5 años para ambos hidrocarburos.

Gráfico 2. Elaboración propia. Datos Bloomberg

El mayor consumo de gasolina y la necesidad de industrias que migraron del carbón al gas natural junto con la expectativa de la presión adicional sobre la demanda que pueda traer el invierno en el hemisferio norte son sin lugar a duda los factores que han llevado a los inversionistas a dudar de la capacidad de la producción para suplir esta creciente demanda. Si a esto le sumamos además la decisión de la OPEP en sus últimas dos reuniones de mantener su esquema de aumentos mensuales de producción de 400.000 barriles diarios inalterado a pesar de los precios, parece ser que este nivel de precios se mantendrá al menos en lo que queda del año salvo que Estados Unidos reactive su producción en una forma significativa.

Semiconductores

El tema de los semiconductores es, sin lugar a dudas, uno de los que más hemos repetido en SupraWebinars y columnas desde el año anterior y vuelve a tomar un rol protagónico al aumentar el impacto de estos insumos en la oferta de productos finales que sumados a los problemas de cadena de suministro lo ha hecho aún más crítico.  

Para entender la importancia de los semiconductores, estos son la materia prima para la construcción de chips, pero su producción se encuentra concentrada en tres empresas a nivel mundial: Intel, Samsung y TSMC (Taiwan semiconductor Manufacturing Company Limited), pero Intel solo produce para cubrir su propia demanda, lo que en términos prácticos hace que un gran porcentaje de la demanda mundial lo supla Corea del Sur y Taiwán. Si bien esta situación ha existido con estas características por años, la creciente demanda por chips en numerosos sectores desde celulares hasta automóviles ha exacerbado este problema, llegando afectar la cantidad de unidades de producto final producidas y vendidas.

Expectativas de inflación

Finalmente, todas las fuerzas mencionadas anteriormente sumadas a la reactivación de la demanda mundial llevan a reforzar el escenario de aumento en las expectativas de inflación, lo que está orillando en este momento a los Bancos Centrales a tomar decisiones al respecto, las cuales incluyen aumentos de tasas y en el caso de la Reserva Federal el tapering o reducción de las compras mensuales. Estas compras llamadas Quantitative Easing o QE se vienen haciendo de forma mensual y son de 80.000 millones de dólares en Bonos del Tesoro y 40.000 millones en Mortage Backed Securities o MBS. Ahora bien, el tapering es una reducción en 15.000 millones, 10.000 en Bonos del Tesoro y 5.000 en MBS cada mes hasta terminar aproximadamente en junio lo que iría disminuyendo el estímulo monetario y la liquidez en los mercados de forma gradual.

Así que, de continuar estas tendencias en términos de aumento de la demanda, pero con una oferta que no logra cumplir, es claro que el cierre de 2021 al menos en términos del crecimiento global se pueda ver afectado a la baja, por lo que será muy importante ver cómo se van moviendo estas fuerzas en este mes y medio que resta del año y si alguna solución se presenta antes del último pico de demanda, que son las compras navideñas. 

 

Informe elaborado por Gandini Análisis para SupraBrokers sólo como contenido y en ningún caso se considera una recomendación de inversión.

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