En medio del contexto de incertidumbre generado por el aumento de aranceles por parte del presidente Donald Trump, la región que más impacto ha evidenciado, al menos en el incremento de tarifas, ha sido Asia. Países como Vietnam y China registraron aumentos del 46% y 24%, respectivamente. A medida que pasa el tiempo, se hace más evidente que esta decisión por parte de Estados Unidos busca llevar a sus socios comerciales a la mesa de negociación desde una posición de poder, con el objetivo de redefinir esas relaciones. No obstante, las circunstancias de cada país son distintas, y por eso, en esta columna analizaremos tres economías muy influyentes en la región: China, India y Japón.
Mapa. Elaboración propia.
China: La respuesta más polémica
Quizás el aspecto más destacado en este contexto ha sido el rápido aumento de tensiones entre China y Estados Unidos, que llevó a la imposición de aranceles mutuos del 125% y 145%, respectivamente. Sin embargo, vale la pena señalar que el nivel de exposición de China es significativo. Según datos de 2023 publicados por las Naciones Unidas, las exportaciones hacia Estados Unidos ascendieron a US$501 mil millones, cerca del 15% del total, siendo este el principal destino. Ya se observan señales de deterioro en la actividad industrial, con un índice PMI manufacturero de 49 —el más bajo desde diciembre de 2023— lo que ubica al sector en zona de contracción.
Aunque se ha empezado a hablar de un posible diálogo entre ambos países, persiste una fuerte tensión geopolítica que podría obstaculizarlo. Este será un ejercicio de presión económica frente a presión política, donde ambos líderes —Donald Trump y Xi Jinping— buscarán proyectar una narrativa de victoria. Mientras tanto, en China se ha comenzado a distribuir entre empresas una lista con 131 artículos, incluyendo productos farmacéuticos y químicos industriales. De manera similar, Estados Unidos también ha eximido algunos productos tecnológicos. Según estimaciones de Bloomberg y el Centro de Investigación RAND, estos bienes representan aproximadamente el 24% y 22% del total de importaciones en cada país, respectivamente.
En este contexto, es importante considerar que el gobierno chino mantiene su meta de crecimiento del 5%, lo que podría obligarlo a implementar mayores paquetes de estímulo fiscal para apoyar a los sectores afectados. Esto tendría implicaciones en términos de déficit fiscal y endeudamiento público.
India: Lista para negociar
Mientras la atención global se centra en el enfrentamiento entre China y Estados Unidos, otros países del continente han empezado a adaptarse al nuevo entorno. Uno de los principales beneficiados podría ser India, que fue uno de los primeros en buscar negociaciones tras recibir un aumento del 26% en sus aranceles. India ha tratado de aprovechar su posición privilegiada como una alternativa de manufactura de bajo costo para empresas estadounidenses.
Un ejemplo de ello es Apple, que ha anunciado que la mayoría de los iPhone destinados al mercado estadounidense serán fabricados en India y no en China. Además, mantendrá a Vietnam como centro de producción de iPads y relojes. El 51% de los ingresos de Apple proviene de la venta de iPhones, y geográficamente, el 43% de esos ingresos proviene de América. Esta estrategia le permite a la compañía protegerse a través de India, sin perder flexibilidad para seguir abasteciendo el mercado chino, que representa el 17% de sus ingresos.
En conclusión, si se mantiene el contexto actual con China, negociar una reducción de aranceles continúa siendo la mejor jugada para India. Aunque las empresas enfrentarían mayores costos, estos seguirían siendo más competitivos que trasladar su producción a otros países asiáticos.
Japón: El aliado tradicional
Siendo uno de los aliados históricos de Estados Unidos en la región, sorprendió que este país aplicara un aumento del 24% en los aranceles generales a Japón. El impacto más fuerte, sin embargo, provino del arancel global del 25% a los vehículos importados, afectando directamente a fabricantes como Toyota, lo cual representa un duro golpe para una economía eminentemente exportadora.
Más allá de los aranceles, hay un tema que preocupa aún más a los inversionistas y que se está gestando en el trasfondo de estas tensiones: varios de los principales tenedores de deuda estadounidense están en Asia, representando el 35% del total, equivalente a unos US$3.09 billones. Japón es el mayor tenedor con el 13%, seguido por China con el 9%. La posibilidad de que Japón utilice su tenencia de bonos como herramienta de negociación ha generado nerviosismo por el potencial impacto que una venta masiva podría tener en el mercado.
Gráfico 1. Elaboración propia. Datos Blomberg y Secretaría del Tesoros de Estados Unidos
Como se observa en el gráfico, los bonos del Tesoro han perdido valor recientemente. En este clima de incertidumbre, los inversionistas han dejado de ver estos títulos como refugio tradicional, optando en cambio por activos como el oro, el euro y los bonos alemanes de corto plazo.
El impacto de las medidas arancelarias estadounidenses no se limita al corto plazo, ya que están forzando a sus socios comerciales a sentarse a negociar, pero también generarán consecuencias más estructurales en el comercio mundial. Un ejemplo de ello en Asia es la reactivación del diálogo entre China, Japón y Corea del Sur, que, tras cinco años sin avances, han retomado las negociaciones hacia un acuerdo comercial para fortalecer el comercio regional. El interés chino es evidente, dado que estos dos países representan el 4.8% y 4.5% de sus exportaciones, respectivamente.
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