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En el complejo entramado de la economía global, la política monetaria y fiscal emergen como pilares fundamentales que moldean el comportamiento de los mercados financieros. La política monetaria, controlada por los bancos centrales, regula la oferta de dinero y las tasas de interés para influir en la inflación y el crecimiento económico. Por otro lado, la política fiscal, implementada por los gobiernos a través del gasto público y la recaudación de impuestos, busca estabilizar la economía y promover el desarrollo. Estas dos herramientas no solo impactan directamente en la estabilidad económica, sino que también tienen efectos significativos en la confianza de los inversores y en la dinámica de los mercados financieros a nivel global. Por eso, dedicaremos esta columna a entenderlas y analizar sus impactos y conexiones.

Política monetaria

Uno de los temas que más afecta las expectativas en los mercados financieros son las decisiones de los bancos centrales. Por eso, iniciamos este análisis definiendo la política monetaria. Esta política es la forma en la que los bancos centrales garantizan la estabilidad en el nivel de precios y el crecimiento económico mediante diferentes herramientas que les permiten controlar la cantidad de dinero disponible.

La política monetaria busca afectar el consumo de forma indirecta, ya sea inyectando o retirando dinero de la economía a través de diversas herramientas. Esta decisión depende del objetivo que esté persiguiendo el banco central. Si busca controlar el nivel de precios, lo hará reduciendo la demanda mediante una política contractiva que retire dinero de la economía. Por el contrario, si busca incentivar el crecimiento económico, lo hará fomentando el consumo mediante una política monetaria expansiva e inyectando más dinero.

Gráfico. Elaboración propia

 

Aquí entra en juego un concepto fundamental, que es el de la meta de inflación. Esta meta establece un nivel bajo de inflación que sirve para mantener un consumo dinámico a corto plazo y eventualmente llevar a las empresas a producir más bienes y servicios, aumentando la demanda de factores de producción que beneficien a los hogares. Esto, a su vez, aumenta el consumo nuevamente y continúa en un ciclo que promueve el crecimiento económico a largo plazo.

Dependiendo de dónde se encuentre no solo la inflación, sino también las expectativas, el banco central decidirá qué herramienta utilizar y cómo hacerlo:

      • Tasa de interés: El Banco Central interviene en el mercado de dinero a corto plazo, mediante préstamos o depósitos (repos) garantizados con títulos. La tasa de intervención impacta directamente y los bancos comerciales replicarán esta tendencia en un plazo de 18 a 24 meses aproximadamente.
      • Compra/Venta de títulos: Operaciones en las cuales el Banco Central compra o vende títulos de deuda pública en el mercado, manteniéndolos en su portafolio para inyectar o retirar dinero de la economía. Un ejemplo de esto es la expansión cuantitativa (QE), utilizada por la Reserva Federal durante la crisis de 2008 y la pandemia.
      • Encaje bancario: Las entidades financieras deben mantener parte de sus fondos en activos líquidos para cubrir retiros de fondos por parte de sus clientes. El porcentaje de estos activos es determinado por el Banco Central y afecta la cantidad de dinero en la economía, aumentándolo o reduciéndolo.
      • Impresión de dinero: El Banco Central tiene la capacidad de imprimir dinero como la forma más directa de inyectarlo en la economía. Sin embargo, hacer política monetaria mediante este instrumento puede llevar a aumentos excesivos de la demanda sin un crecimiento correspondiente en la oferta, lo que provoca alta inflación.

 

Política fiscal

Por su parte, la política fiscal es una disciplina de la política económica que gestiona todos los recursos del Estado. Está bajo el control del gobierno del país, que maneja los niveles de gasto e ingresos para influir en la economía mediante impuestos y gasto público. Los impuestos son tributos que las personas están obligadas a pagar al gobierno sin una contraprestación directa, mientras que el gasto público es el dinero que el sector público utiliza para llevar a cabo diversas actividades e inversiones.

Los principales objetivos de la política fiscal son estabilizar la economía a corto plazo y aumentar la capacidad de crecimiento del país a largo plazo mediante inversiones en investigación y desarrollo, educación e infraestructuras. Esto también promueve incentivos para el ahorro, la inversión y la generación de empleo, así como la promoción de la equidad social.

Al igual que con la política monetaria, existen dos tipos de políticas fiscales:

      • Expansiva: Busca estimular el crecimiento económico y generar empleo mediante la reducción de impuestos, aumento del gasto público, estímulos fiscales a la inversión privada (exenciones) y subsidios.
      • Contractiva: Se aplica en situaciones inflacionarias causadas por una alta demanda agregada. Busca proteger el crecimiento a largo plazo mediante el aumento de impuestos, la reducción del gasto público y la disminución de los subsidios.

Una preocupación adicional tanto para los gobiernos como para los bancos centrales es la sostenibilidad fiscal y la estabilidad del sistema financiero, aunque no se hicieron explicitas en la explicación anterior, son variables de gran peso en la toma de decisiones de estas entidades.

¿Cómo se conectan?

Estas políticas afectan los diferentes mercados financieros de diversas maneras. Las decisiones sobre las tasas de interés de los bancos centrales, por ejemplo, impactan a los bonos, especialmente los de corto plazo, al hacer más o menos atractivas las nuevas emisiones. También pueden influir en el atractivo de las inversiones en un país, como se observa con el fortalecimiento del dólar ante aumentos en las tasas de la Reserva Federal y el carry-trade que ha debilitado el yen a niveles de 1986. Finalmente, pueden afectar los esquemas de deuda de las empresas y, por ende, el comportamiento de los precios de sus acciones.

Desde el punto de vista de la política fiscal, el exceso de endeudamiento gubernamental puede afectar la percepción de riesgo sobre los bonos de un país, aumentando su Credit Default Swap (CDS) y empeorando su calificación crediticia. Las decisiones fiscales también pueden tener efectos sobre sectores específicos que se desean incentivar, lo cual puede impactar en los precios de exportaciones, empresas y commodities según el caso.

 

Informe elaborado por Gandini Análisis para SupraBrokers solo como contenido y en ningún caso se considera una recomendación de inversión.

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