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El mercado accionario viene evolucionando favorablemente en términos de recuperación de valor respecto al saldo que dejó el 2022 y a pesar de que desde inicio de año los mercados transan positivos aún tenemos evidencia robusta de continuar recorriendo un mercado bajista. El problema de la inflación parece estar circulando en la dirección correcta pero algunos factores pueden alterar significativamente la trayectoria de la curva de tipos y la labor de los bancos centrales.

 

En perspectiva

El viernes 20 de enero el mercado accionario cerró al alza impulsado por el Nasdaq que cerró su tercera semana consecutiva de ganancias en un 2,66%, y de recuperación frente a los resultados finales de 2022, luego de haber retrocedido algunos puntos en la segunda semana de enero. El Dow Jones avanzó 331 puntos equivalentes a un 1% mientras que el S&P500 avanzó 1,89% cerrando en 3.972 puntos. Hasta el momento el YTD viene con saldo positivo, pero durante el mes de enero y febrero tendremos nuevos datos económicos que podrán aportar luz de cara al resto del año.

La publicación de resultados corporativos, Netflix (8,5%) con reporte de suscriptores por encima de lo esperado a pesar de ganancias por debajo de las estimaciones, Alphabet incrementó en más de 5% el valor de sus acciones luego de anunciar que despedirá a más de 12.000 empleados, los resultados positivos de los grandes bancos de inversión durante la primer semana, han llevado a los inversionistas a reducir su aversión al riesgo provocando cierta gama alcista en un mercado cuyos factores técnicos continúa revelando elementos de que seguimos transitando un mercado bajista.

Por otro lado, se comienzan a evidenciar algunos indicadores no tan auspiciosos como los precios mayoristas que tuvieron una caída de 0,5% en diciembre, muy por encima de la estimación del Dow Jones de una disminución de 0,1%. La caída de los precios de la energía fue clave para la reducción de la inflación general de diciembre. Las ventas minoristas cayeron un 1,1% en diciembre, nuevamente por encima del 1,0% estimado.

Un breve análisis nos permite constatar que para el 2022 el Índice general aumentó 6,2% siendo el nivel más bajo desde marzo de 2021 y significativamente inferior al aumento anual de 10% registrado en 2021. La caída de los precios de la energía ayudó a reducir la lectura de la inflación general y en términos de demanda general se desplomó casi 8% en el último mes. Los precios mayoristas dentro de esta categoría cayeron 13,4%. Por otro lado, si bien las ventas minoristas cayeron 1,1% en diciembre esa cifra aún no está ajustada a la inflación demostrando cierta cautela de los consumidores en la demanda agregada.

Las perspectivas para 2023 parecen ser más optimistas y una de las llaves estará en el papel que adopte la FED para frenar la inflación sin dinamitar condiciones para el crecimiento; pero más allá de la postura que la FED pueda adoptar existen algunos factores exógenos que pueden condicionar al principal banco central del mundo. Uno de ellos podría ser la reapertura de China y su impacto en la inflación global; sin duda que la reactivación del comercio de China podría llevar a los bancos centrales a continuar subiendo, o al menos manteniendo, un nivel elevado de tasas. De hecho, el presidente de la FED de St Louis, James Boulard, expresó que la reapertura de China lo pone “nervioso porque conducirá a una presión alcista sobre la inflación”

Es necesario llevar el optimismo con cautela; siempre es bueno recordar que la FED nunca aseveró la posibilidad de cambiarle el signo a la curva de tipos para este 2023.

 

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