En su reunión del pasado 15 de junio la Reserva Federal (FED), el banco central de Estados Unidos, decidió aumentar su tasa en 75 puntos básicos, ubicándola en un rango de entre 1% y 1,75%. Es la primera vez que esta entidad decide un aumento tan marcado desde 1994. ¿La razón? Los altos niveles inflacionarios en ese país comparables con el año 1982. Pero detrás de este efecto inflacionario existe un componente a tener en cuenta: el comportamiento del precio de los commodities y las fuerzas que los afectan.
Precios de los alimentos al alza
Uno de los elementos cruciales a la hora de revisar la inflación mundial, es evaluar el comportamiento del precio de los alimentos. En ese sentido, el Gráfico 1 muestra el índice que para este fin calcula la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Dicho índice consiste en el promedio de cinco sub-índices de precios de los siguientes grupos de productos básicos: carne, productos lácteos, cereales, aceites vegetales y azúcar. Este tipo de productos son ponderados en función de las cuotas medias de exportación durante el período 2014-16, incluyendo en total 95 cotizaciones, que de acuerdo a los expertos de la FAO representan los precios internacionales de los productos básicos.
Gráfico 1: Elaboración propia. Datos Bloomberg
Esta agrupación de commodities alimenticios permite evaluar la tendencia del comportamiento de sus precios. De acuerdo al índice, ha presentado un marcado aumento entre mayo de 2020 y 2022, representando un crecimiento de alrededor de 69%, pasando de 91,14 a 154,25 tal y como puede verse en el Gráfico 1.
Este comportamiento estuvo liderado por un aumento de 172,34% por el grupo de aceites vegetales; un aumento de 72,87% en los azúcares y uno de 69,70% en los cereales. Este último incluye cotizaciones de precios del trigo, maíz, cebada, sorgo y arroz, siendo un grupo transversal a la base alimentaria de diversos países; de ahí su importancia estratégica.
Lo anterior soporta lo que se ha visto en términos de niveles inflacionarios, ya que, si bien existen factores estructurales que hacen variar estos precios, tales como el clima y las temporadas de cosechas, es claro que ha habido una marcada tendencia de demanda creciente después de la pandemia ubicándose en máximos históricos.
Por su parte, durante este año el índice ha empezado a mostrar una reducción en mayo y junio, con una caída de precios del 2,34% en el último mes, precisamente por reducciones en estos 3 grupos de 7,61%, 2,58% y 4,14% respectivamente. De continuar esta reducción, es una buena señal de reducción en la inflación ya que la presión al alza se reduce al menos por el lado de los alimentos.
La volatilidad de los commodities
Para el caso de los commodities no sólo la inflación es un factor. Una de las fuerzas que ha venido haciendo reducir el impulso de su precio es el temor a una recesión global y que esto pueda a su vez afectar la demanda mundial.
En la parte izquierda del Gráfico 2 se puede ver el comportamiento del índice de Commodities de Bloomberg, el cual se construye partir de una canasta de 23 cotizaciones de contratos futuros de diferentes commodities, que van desde el oro y el petróleo hasta el algodón y el café. Este índice permite evaluar el comportamiento del mercado global de commodities y muestra como después de haber marcado un máximo 135 unidades el 10 de junio ha empezado a caer hasta llegar a 116 unidades el 11 de julio.
Gráfico 2. Elaboración propia. Datos Bloomberg
Vale la pena mencionar que esta tendencia se da justo en el momento del aumento de tasa de la FED, así como también el crecimiento del temor de los inversionistas por una recesión mundial. En ese sentido, al contraerse sectores de las economías, podría frenar e inclusive reducir el impulso de la demanda por commodities.
En la gráfica de la derecha se da el caso de dos commodities que tienen un peso 13,46% y de 8,45% en el índice: la cotización del oro y la del petróleo Brent, con caídas significativas especialmente en la última semana.
Cada uno de estos commodities se ve afectado por fuerzas diferentes. En el caso del petróleo es un ejercicio puramente de expectativas sobre la posible reducción en la demanda, en medio de un contexto volátil que se ha desencadenado por la invasión rusa a Ucrania. Mientras para el caso del oro, su caída se deriva del fortalecimiento del dólar a nivel global originado por la búsqueda de refugio en los bonos del tesoro de ese país por parte de los inversionistas, particularmente en junio y lo que va corrido de julio.
Tanto con el índice de precio de los alimentos de la FAO como con el de Commodities de Bloomberg se puede notar que el mercado de commodities ha mostrado crecimiento en sus precios, lo que ha sido sin lugar a dudas una fuerza que ha empujado los precios al alza a nivel global.
Sin embargo, este aumento de precios se ha dado por efectos tanto de la recuperación de la demanda como de disrupciones en las cadenas de suministro mundiales, así que ahora ante una posible reducción en esta demanda puede que el mundo se enfrente a mayores niveles de volatilidad en esta clase de activos ya que todavía no se resuelven muchas de las distorsiones en la producción y distribución.
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